miércoles, 12 de octubre de 2011

twitter para filósofos

Vuelvo sobre twitter. Sabido es que los filósofos somos rumiantes por tradición y que nuestra existencia funciona con un motor de dos tiempos cuyas ventajas e inconvenientes documenta la Wikipedia. No sacamos mucho con ese tipo de digestión, pero al menos calma momentáneamente el apetito de las cosas. Decía Petrarca (pensando quizá en Ferrán Adriá) que el verdadero sabio es aquel que tiene el gusto por las cosas, los demás por los libros. Así nos va, de indigestión en Aero-red.

Esta semana, en la clase de Estética II, hemos dado vueltas al tema de las identidades proteicas. Desde Platón a las identidades digitales, pasando por Pico della la Mirandola, comparten afinidades estéticas innegables. Una de ellas es el morphing lynchiano del ser al estar: la existencia como posibilidad indefinida. Pero solo (no me acostumbro a escribirlo sin acento)ahora estamos en condiciones de expresarlo de manera casi satisfactoria. Ahora tenemos twitter.

La clase se cruza con la lectura del magnífico libro de Mark Johnson The meaning of the body. Aesthetics of human understanding. Dice ahí que no tenemos un lenguaje de las emociones, del sentido del mundo, del ser en situación en cada momento, brevemente, del saber estar. Es cierto.

Y, sin embargo, quizá twitter pueda ayudar algo. Demonizado como "autismo interactivo", su expresión entrecortada puede ser también el nuevo lenguaje de la emoción, del sentido, de nuestro estar en el mundo en cada momento, aunque sea una mierda.

sábado, 8 de octubre de 2011

el Nexus enamorado

Los desacuerdos entre Ridley Scott y Harrison Ford sobre Blade Runner como thriller parecen haber llegado aquí a un cierto entendimiento: tiempos muertos y poética de la imagen en la fatalidad del destino.



¿Cómo podría escapar a su destino James Dean si le protege el cenizo de Heisenberg?
Los actores de teleseries migran con sus personajes hacia otros lugares llevando a cuestas toda su carga simbólica.



En realidad, todo empezó aquí:

jueves, 6 de octubre de 2011

viernes, 30 de septiembre de 2011

clásicos, herederos y sanguijuelas

“No hay más que una manera de salvar al clásico: usando de él sin miramientos
para nuestra salvación –es decir, prescindiendo de su clasicismo, trayéndolo hacia
nosotros, contemporaneizándolo, inyectándole pulso nuevo con la sangre de
nuestras venas, cuyos ingredientes son nuestras pasiones… y nuestros problemas.
En vez de hacernos centenarios en el centenario, intentar la resurrección del
clásico resumergiéndolo en la existencia.”
(José Ortega y Gasset, Goethe-Dilthey)


He tenido la fortuna de conocer a los herederos de José Ortega y Gasset. Me sorprendió la grandeza de miras que hizo posible la conservación del legado de su padre y ediciones dignas del mismo. A ello se unió la generosidad para no entender la herencia como una clonación de funcionarios de la obra sino de recreadores de la misma. No siempre ocurre así: son de sobra conocidos los casos de avaricia en que esa tarea se hace casi imposible. A la generosidad de las transfusiones que revitalizan al clásico no debería corresponder la exigencia de las sanguijuelas que exprimen la recreación.

No soy un fan de AFM, por lo que no me acogeré ingenuamente a la supuesta excepcional novedad metodológica de la obra que justifique posibles desafueros de la misma. Pero sí un lector agradecido, que recuerda la venerable tradición del remake en literatura y medios audiovisuales, y sabe apreciar la exquisita sensibilidad con que AFM ha llevado a caso su trabajo. Es su mejor libro y una excelente obra literaria. Y da una cierta pena mirar retrospectivamente y constatar que, con semejantes cortapisas, obras de Godard no hubieran sido posibles.

A estas alturas y, dada la provisionalidad de las noticias, todavía no tengo claro si el litigio es por los derechos extra de recreador que deben pagarle a AFM o las humillaciones de peaje que debe sufrir él, todavía.