jueves, 29 de junio de 2017

pifias reales




  
"Tres decisiones del pueblo español adoptadas con una extraordinaria participación popular y un sentido inequívoco del voto. Tres decisiones en las que el pueblo español decidió, sin reservas, caminar unido en una misma dirección:
En primer lugar, en la del gran proyecto de reconciliación nacional, el gran propósito nacional de unir a las dos Españas que helaban el corazón de Antonio Machado"
 Los versos de Machado que proponen lo contrario, no caer en dicotomías, escaparse de ellas, no intentar reconciliarse con la miseria

"Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón"


"Tres decisiones tomadas por el pueblo español que devolvieron a España la confianza en sí misma, la autoestima y el orgullo de ser, en primer lugar, un ejemplo para nosotros mismos y en segundo lugar, una referencia para las democracias en todo el mundo"

No es mal programa: reconciliar una España que muere de corrupción con otra que bosteza ante el bochornoso espectáculo mediático no apto para niños y adultos del Congreso. Conmigo que no cuenten, que se busquen otro "ejemplar". 
eee

miércoles, 28 de junio de 2017

el cabreo del real emérito


“…porque no nos podemos pasar otros cuarenta años hablando de los cuarenta años” (José Luis Garci. Solos en la madrugada, 1978).

Sí se puede. Al comienzo del programa nocturno José Sacristán enfatizaba (con esa radicalidad cómplice acreedora de un premio concedido por un jurado de los viejos tiempos): “esto es solo para los marginados de toda la vida”. La frase es interesante por ambigua, exponente de la publicidad clásica: los destinatarios del programa son una minoría, pero inmensa, niveladora de condiciones sociales y situaciones, pues se trata de los marginados de toda la vida por la vida toda. También puede referirse ucrónicamente a los marginados como el lumpen social que sobrevive en la marginalidad o a los marginados de “toda la vida”, es decir, a la minoría selecta que vive como dios de la marginalidad, eso sí, lamentándose de ello. Con su final new age Garci elige un camino intermedio, de consenso. Pesan los reproches de las tres mujeres de su vida: “no te enteras”, porque no escuchas, o dicho en otros términos más (in)actuales, “You know nothing, Jon Snow”.

Estaba pacíficamente escribiendo estas líneas para un libro inacabable cuando leo en El País, el periódico de la Transición, que el rey Don Juan Carlos no ha sido invitado a los actos conmemorativos de lo que él fue protagonista destacado. Ha trascendido el cabreo ("irritado", para ser exactos) del real emérito (no emérito real, un oxímoron, pues todo emérito es un zombi) que no se acaba de creer las razones de protocolo y se malicia otras, máxime cuando mira, dice, "hasta han invitado a las nietas de la Pasionaria". Al menos se ha ahorrado la humillación de que ha sido víctima Alfonso Guerra al que intentaron en un primer momento confinar al gallinero. Triste destino para los padres de la Constitución.

El 23 de febrero de 2014 se estrenó en la Sexta de TV el mockumentary de Jordi Évole Operación Palace El rey Juan Carlos sería el mayor beneficiario de un montaje cuyo principal objetivo era “reforzar a la monarquía”, elaborar el imaginario de un rey que trajo la democracia y la salvó. Sin embargo, las sospechas sobre la actuación del rey se ven refrendadas estéticamente no solo por los testimonios sino por las sombras que se ciernen en la pantalla cuando tiene lugar ese mismo discurso en que mandó parar. El fondo se va convirtiendo en algo espectral mientras que la figura se recorta en la presencia siniestra de una ausencia inquietante: la verdad. 


domingo, 18 de junio de 2017

viernes, 2 de junio de 2017