lunes, 30 de junio de 2008

La ciudadanía digital



El día 8 de julio daré una conferencia en el curso del Escorial organizado por Rafa Casado. Su título es Cibercultura: los límites de las utopías digitales.

En ella voy a plantear una pregunta y aventurar una respuesta. La pregunta: ¿Es la ciudadanía digital una nueva utopía digital? La respuesta es afirmativa.

Esa respuesta obedece a la siguiente hipótesis de trabajo: En la actual distancia histórica podemos apreciar cómo las utopías digitales de los años 80 y 90, relativas a la existencia digital, obedecieron a las exigencias de un neoliberalismo económico, social y político. Sin todavía la suficiente perspectiva, se puede no obstante observar ya cómo la utopía de la ciudadanía digital responde a los intereses de la administración electrónica.

¿Queremos ir en la dirección de una sociedad administrada?

2 comentarios:

  1. Primero digo que sus estudios son muy importantes. La discusión sobre la administración del espacio virtual (digital o no) y de las subjetividades, y consecuentes construcciones de identidades, personalidades o ciudadanias imaginárias, tiene ya gran tradición (Bakhtin en Freudismo, Canclini en Globalización imaginaria, u otros tantos). En Mexico se construyen los escenarios de las peliculas de Hollywood, en Romania (y otros lugares) se construye el poder (nivel y capacidades) de avatares de juegos de las realidades virtuales (utopicas digitales) de ciudadanos "libres" e ricos de otros paises europeus. Tanto en Mexico cuanto en Romania, en los casos apuntados, se explota a bajos costes la naturaleza (materias primas) y la vida humana. Aún considerando la política neoliberal, pregunto: ¿Hasta que punto la realización de las ciudadanias digitales al cumplir las utopias digitales continuan la esclavitud en el mundo no digital? (Francisco Carvalho)

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  2. Gracias Francisco por sus palabras. Creo que su pregunta pone el dedo en la llaga de la nueva clase virtual. ¿Piensan en las condiciones materiales de lo virtual? Me temo que no. La ideología posmoderna de lo inmaterial ya las pasó por alto, y los viajes por el ciberespacio fueron producto de la mente calenturienta de quienes podían permitírselo, encerrados en el bunker de la urbanización exclusiva rodeada de miseria.
    Pero también es cierto que desde hace tiempo hay otras personas que, utilizando las nuevas tecnologías, están proponiendo alternativas sociales. No obstante, el momento es crítico.

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